MODELO CONTEMPORÁNEO DE O’SHAUGHNESSY
Las
premisas centrales de este modelo son:
■ El
consumidor no siempre es consciente de sus deseos hasta que un estímulo lo
recuerda. De aquí la importancia de la comunicación publicitaria. Muchos
consumidores mantenemos dormidas nuestras necesidades hasta que un esfuerzo
mercadológico las despierta, es este el momento preciso en que realizamos la
compra.
■
Los consumidores pueden desear algo que no necesitan o necesitar algo que no
desean. En el primer caso, un ejemplo es el hábito de fumar, ningún organismo
nace con la necesidad de fumar, es más, muchos exfumadores dejaron este mortal
hábito de un día para otro, sin que su organismo les exigiera continuarlo por
alguna necesidad interna congénita y; en el segundo caso, el excelente ejemplo
es el trámite de reemplazamiento establecido como forzoso por el gobierno del
Distrito Federal a los automovilistas capitalinos.
■
Los productos y servicios no tienen por qué adaptarse exactamente a los deseos
para ser adquiridos. Esto quiere decir que los consumidores, al momento de la
compra pueden estar dispuestos a disminuir sus expectativas; el mejor ejemplo
tal vez sea la visita a los restaurantes de moda en el país, en la mayoría de
ellos al retirarnos lo hacemos satisfechos de la calidad de los alimentos, pero
insatisfechos por el servicio recibido, no obstante, también pagamos sin
reclamar este último.
Entonces,
el mercadólogo debe preparar sus propuestas en forma inteligente, asegurándose
de que los consumidores vean en ellas una solución o camino hacia la felicidad.
O’Shaughnessy concluye a partir de sus investigaciones sobre la conducta del
consumidor contemporáneo que los criterios de elección que tiene éste
representan razones auxiliares reales y psicológicas identificadas en los
productos, atractivos intrínsecos y funciones que se espera el producto desempeñe:
■
Funciones técnicas. Características del producto o servicio que implican su uso
principal, su uso auxiliar y su comodidad de uso.
■
Funciones legales. Características del producto o servicio que contribuyen a
satisfacer exigencias legales, de autoridades o familiares.
■
Funciones integradoras. Características del producto o servicio que integran al
consumidor con su medio social, su ego y aspiraciones de categoría.
■
Funciones económicas. Características o atributos del producto o servicio que
le permiten al consumidor ahorros y/o maximización de utilidades.
■
Funciones adaptativas. Características o atributos del producto o servicio que
disminuyen en el consumidor la disonancia cognoscitiva.
John
O’Shaughnessy, en su libro “Por qué compra la gente” menciona una verdad
incuestionable: excluyendo los productos básicos, de primera necesidad, que se
compran por su funcionalidad, casi todos los demás se seleccionan más por
satisfacción emocional, que por razones lógicas y aparentes.
Referencias
Armenta, S. M. (7 de Abril de 2008). blogspot.com.
Obtenido de
https://modelosdelconsumidor.blogspot.com/2008/04/modelo-contemporneo-de-oshaughnessy.htlm
Espejo, L. E. (2011 2003). Mercadotecnia cuarta
edicion. Mexico D.F: McGRAW-HILL/INTERAMERICANA EDITORES, S.A DE C.V.
Martinez, J. (26 de
Julio de 2018). Liderazgo y Mercadeo. Obtenido de
https://www.liderazgoymercadeo.co/modelos-de-comportamiento-del-consumidor/
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